Salud y origen de los alimentos: Lo que debemos saber
“Es fundamental que los consumidores sean responsables, compren solo lo necesario, prefieran productos locales, orgánicos y sean conscientes del impacto ambiental y las externalidades de sus elecciones de consumo”. Dr. Pablo Ochoa
De acuerdo a datos del anuario estadístico 2023 de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para la Alimentación y la Agricultura (FAO), “el uso de plaguicidas a nivel mundial aumentó un 62 % entre el año 2000 y 2021. En las Américas, el uso de plaguicidas en 2021 representó la mitad del total global”[1]. En este contexto, realizar estudios sobre el riesgo potencial de exposición a pesticidas en Ecuador es indispensable.
Para profundizar en este tema, Edifarm conversó con Pablo Ochoa Cueva, doctor en ciencias y tecnologías agrarias, recursos naturales y desarrollo rural por la Universidad de Málaga, España.
Con más de 15 años de experiencia, en la actualidad el doctor Ochoa es docente e investigador en el Departamento de Ciencias Biológicas y Agropecuarias de la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL), donde lidera investigaciones sobre el impacto de los agroquímicos en la salud humana.
¿En qué consiste el estudio respecto a la exposición de contaminación por agroquímicos en la población?
El estudio se realizó en ciertos cantones de la Provincia de Loja donde se determinó que los habitantes se encontraban en un alto rango de exposición y riesgo de contaminación por agroquímicos, esto sustentado por los datos recopilados de la Agencia de Regulación y Control Fito y Zoosanitario (Agrocalidad) del Ecuador, que mostraron niveles alarmantes de residuos de plaguicidas en productos como el tomate, naranjilla, frutilla, brócoli, aguacate, pepino y pimiento.
En algunos casos como en la papa, los niveles detectados superaban en más de 10 veces, los límites máximos permitidos, por ejemplo, el límite permitido estaba en 30 partes por millón y lo que se había detectado de Carbendazim (fungicida) estaba en 420 partes por millón; otro producto, la tiametoxam (insecticida) que tiene un límite máximo permitido de 200 y se detectó en 733 partes por millón.
En tanto que, el uso de Fosmet (insecticida) permitido es de 50, pero se detectó en 225 partes por millón, son datos impresionantes.
¿Cuál es el proceso metodológico utilizado en la investigación?
En esta investigación se empleó un proceso metodológico basado en los principios de la vigilancia ambiental. Para lo cual, se describió el riesgo potencial que enfrentan las poblaciones de las zonas rurales. Por ejemplo, una persona que, como parte de su trabajo en el campo realiza fumigaciones es directamente afectada por los productos que aplica; sin embargo, también existen barrios o vecindarios cercanos a los cultivos en las zonas rurales que pueden estar expuestos a estos riesgos.
¿Qué criterios se emplearon en la investigación?
Es importante mencionar que el Reglamento Interministerial para el Saneamiento Ambiental Agrícola del Ecuador, que está en el registro oficial del 4 de febrero de 2015 tiene por objeto regular y controlar las aplicaciones aéreas y terrestres de agroquímicos y productos afines en actividades agrícolas; en este documento se indica que, para las fumigaciones aéreas está permitido aplicar a 200 metros de distancia de un poblado.
Sin embargo, para las fumigaciones terrestres se menciona debe ser a 30 metros, esto implicaría que si tengo una escuela, una iglesia, un barrio pequeño de cuatro o cinco viviendas y están cercanas a un cultivo, prácticamente estarían siendo fuertemente afectadas por el tema de los pesticidas.
Por tanto, en la investigación se utilizó datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) sobre barrios o localidades rurales, donde se estimó como primer factor, la distancia que se tiene entre el cultivo y el barrio o localidad. El segundo es la densidad poblacional porque no es lo mismo cinco viviendas con cinco personas, que tener cinco viviendas con 25 personas.
El tercer factor en el índice fue la peligrosidad del agrotóxico, diferenciando entre productos con franjas rojas, naranjas, amarillas o verdes, según su riesgo para la salud y el ambiente.
El último factor fue la frecuencia y tipo de uso del producto en diferentes cultivos, como maíz, arroz y caña de azúcar. Se analizaron más de 5 mil poblados en la provincia de Loja, encontrando que aproximadamente 1000 tenían un alto riesgo de contaminación, 1000 un riesgo medio y 900 un riesgo bajo.
¿Por qué se presenta el exceso de uso de agroquímicos?
El tema es más sistémico, los campesinos, productores y agricultores dependen en gran medida de los insumos agrícolas, incluyendo fertilizantes. Esta dependencia se debe a cómo el mercado y el sistema han sido diseñados. Las semillas híbridas, que suelen ser comercializadas tienen características que pueden mejorar la producción, pero, esto solo es posible si se siguen las recomendaciones del paquete tecnológico asociado a su comercialización.
Como productor, un agricultor busca maximizar el rendimiento por hectárea siguiendo al pie de la letra las recomendaciones de producción; esto implica una dependencia de los insumos agrícolas (agroquímicos) y una estimación de los costos por hectárea.
Los rendimientos dependen también de la estacionalidad climática, un factor crucial que ha causado problemas económicos a los agricultores debido a su desconocimiento en meteorología. Si todos los factores ambientales fueran ideales, pero no se cumplen los requerimientos de las semillas y plantas (uso de insumos agrícolas), el cultivo no sería rentable.
Por fortuna, existen iniciativas emergentes en el mercado, como los bioinsumos, bioplaguicidas y biofertilizantes, que son alternativas prometedoras con una toxicidad mucho más baja en comparación con los productos convencionales de alto riesgo.
¿Los bioplaguicidas son accesibles para los agricultores?
A medida que más competidores ingresan al mercado, existe mayor oferta que puede hacer que los precios sean más asequibles. De mi experiencia al practicar la agricultura orgánica, más allá de usar fertilizantes orgánicos, se debe reutilizar los desperdicios agrícolas, como el bagazo de caña y el aserrín, para mejorar el suelo arcilloso.
Aunque no se usen insumos comerciales y la oferta de bioinsumos va creciendo y más personas están desarrollando estos productos y obteniendo buenos resultados. Esto es positivo, ya que, una mayor oferta de productos orgánicos puede mejorar la situación agrícola del país. Según la FAO, Ecuador es uno de los países que más pesticidas usa por hectárea a nivel mundial, y aumentar el uso de bioinsumos podría ayudar a cambiar esta realidad.
¿Cómo se puede realizar la transición de fertilizantes químicos a bioinsumos en la agricultura?
Considero que existen dos enfoques principales que pueden ser utilizados en la agricultura como son la agroecología y la biotecnología. La agroecología, presenta un enfoque que busca soluciones basadas en los principios de la naturaleza. En los bosques naturales, no se presentan plagas porque cada elemento del ecosistema cumple una función específica. Por ejemplo, en un bosque, las relaciones simbióticas entre especies ayudan a mantener el equilibrio natural.
En contraste, en la agricultura tradicional, al cultivar una sola especie en grandes extensiones, se crea un ambiente ideal para la proliferación de plagas. En un ecosistema natural, la población de herbívoros y sus recursos se equilibran naturalmente. Si una especie consume demasiado de un recurso, su población disminuye, permitiendo que el equilibrio se restablezca.
La biotecnología, este enfoque incluye el uso de tecnologías avanzadas para mejorar la producción agrícola. Por ejemplo, la disponibilidad y calidad de datos meteorológicos que pueden ayudar a los agricultores a optimizar el riego, utilizando la evapotranspiración referencial (ET) para determinar la cantidad exacta de agua que necesita el suelo. Además, la biotecnología permite el desarrollo de cultivos protegidos, el uso de luz específica para reducir hongos y patógenos, así como la desinfección con rayos ultravioletas.
Un punto débil en el Ecuador ha sido la brecha tecnológica, no basta con entregar herramientas como motocultores u ordeñadoras mecánicas a los campesinos; es esencial invertir en procesos de biotecnología y recibir apoyo del Estado. Esta es una tarea conjunta que requiere esfuerzos tanto del sector público como del privado para asegurar que la tecnología llegue a todos los rincones del país.
¿Cómo educar a la población para que conozca qué está consumiendo?
Existen varias recomendaciones que se pueden dividir en diferentes niveles:
1.Reducción del desperdicio de alimentos
Según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), cada persona desecha un promedio de 120 kilogramos de alimentos al año. Este valor medio varía entre países, ya que en algunos el nivel de consumismo es más elevado. Se compran cosas innecesarias que terminan desechándose, lo que tiene un fuerte impacto ambiental. Es crucial educar a los consumidores para que compren y adquieran alimentos que realmente necesiten, evitando el desperdicio.
Al desechar alimentos, especialmente los elaborados, se desperdician todos los recursos utilizados en su producción y distribución, como agua y energía.
2.Compra consciente y local
Es recomendable abastecerse solo de lo que se va a consumir y conocer la procedencia de los productos. Consumir productos locales reduce las horas de viaje necesarias para llevar el producto al mercado, disminuyendo la huella ecológica. Además, si se tiene acceso a áreas rurales cercanas, puede ser interesante conocer los métodos de cultivo y los productos aplicados en esos cultivos.
3. Fomento de iniciativas orgánicas y urbanas
Durante la pandemia, muchas personas comenzaron a buscar alternativas locales debido al confinamiento. Esto incentivó la creación de huertos orgánicos urbanos, una iniciativa beneficiosa tanto para la salud mental como para la economía local. Es importante apoyar estas iniciativas y preferir productos orgánicos.
4. Análisis a la salud y las consecuencias externas
Aunque a veces se opta por productos más económicos es vital, ser conscientes de las externalidades asociadas a los productos convencionales; es decir, elegir productos orgánicos puede parecer más caro a corto plazo, pero, a largo plazo puede prevenir gastos médicos derivados del consumo de alimentos menos saludables.
¿Qué tipo de afectaciones provocan los agroquímicos en la salud?
Se han presentado problemas de infertilidad, malformaciones en los niños que nacen, cáncer, afectaciones al sistema nervioso, Alzheimer entre otros problemas de salud. Es importante implementar estrategias cómo:
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- Eliminar o no dejar ingresar al país un producto químico peligroso.
- En el caso de que ya esté el producto en el país, se debe buscar la sustitución del producto, cambiando el químico peligroso por otro que sea más seguro, interviniendo aquí, los bioinsumos, biofertilizantes, bioplaguicidas.
- Controles de ingeniería, trabajar en modificar los equipos, las herramientas que se utilizan para aislar un poco a las personas del peligro, en este proceso se puede mecanizar utilizando drones para la aplicación y empleo en la agricultura.
- Control administrativo, en donde se deberían hacer algunos cambios en el comportamiento de las personas para adoptar métodos más seguros.
- Utilizar el equipo adecuado cuando se apliquen los productos que son riesgosos.
¿A largo plazo que espera de la producción agrícola en el país?
Espero que puedan sumarse muchas más personas a esta minga agroecológica orgánica ya sen entidades públicas, empresas particulares, iniciativas privadas, emprendedores que empiecen a producir cosas novedosas que aporten a esta lucha, que lo que busca es que existan en el país más tiendas de insumos con productos solo con sello verde, que vayan hacia el orgánico para alcanzar una producción más sana, más limpia y que tendrá un gran beneficio para el futuro.
Incluso para las mismas personas que venden los productos, porque de una u otra forma están respirando productos perjudiciales, asimilándolos por la piel y que pueden contaminar el sistema respiratorio o el digestivo cuando ingerimos esos alimentos; por tanto, el anhelo es que se desarrolle una visión en prospectiva de que se puede construir en base a la producción agrícola, un país un poco más sano y más limpio.
Agroquímicos en la encrucijada Ecuador
[1] Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO)(2023). Anuario estadístico de la FAO. Recuperado de https://n9.cl/zfxcw